Belice en su subsuelo tiene inhóspitas y desconocidas cadenas de cuevas y cavernas, con y sin ríos, listas para ser exploradas en canoa, o en tubo. Muchas de las cuevas de Belice no han sido abiertas al público por su significativo valor arqueológico. Las que permanecen abiertas, descifran en parte, algo de la historia de las culturas mayas que por aquí pasaron.
Caminando por la selva, se pueden encontrar en la entrada de hermosas cuevas con curiosas formas y llamativos arroyos y afluentes de agua, como la Cueva Piedra del Sepulcro, llamada por los autóctonos como Actun Tunichil Muknal, que sería refugio de algunos preciados secretos de la civilización maya.
En Belice hay importantes vestigios de los mayas, tantos como en México y en Guatemala. Los mayas reinaron por gran parte de Centroamérica, sin embargo sus vestigios subterráneos no han sido del todo develados, en parte estas cuevas representaban para ellos, la entrada al inframundo, donde los espíritus de los muertos no debían ser molestados, también eran lugar para celebrar rituales y ceremonias que les permitieran comunicarse con los dioses.
En único modo de entrar a esta cueva, es nadando en por una piscina profunda que mana desde el interior de la caverna, ya estando dentro se observan las formaciones de calcita y grabados.
En el fondo de esta cueva, se ve una cámara llena de reliquias mayas, tierra sagrada de imágenes impresionantes, compuesta por cerámicas y herramientas ceremoniales aun intactas, además de barcos que datan de hace mas de 1.000 años. Por los frascos de cerámica que se han visto aquí, se cree que esta cueva era destinada a rituales dedicados al Dios de la Lluvia, en especial cuando los mayas se vieron afectados por una grave sequia. Por el camino de esta cueva, se pueden encontrar restos óseos de muchos esqueletos probablemente de sacrificios humanos para atraer lluvias en aquellos tiempos. También es probable que la sequía y la hambruna hayan causado la muerte de los mayas.